2014/05/23

Candidato

Lo trataban como al papel de fumar. Una salida de tono y todos le justificaban por su trayectoria… cargada de improperios. Las preguntas comprometidas eran de formulación imposible, por vetadas. Deudor de guiones marcados con palabras huecas y descalificaciones de obligado cumplimiento dirigidas al rival próximo. Los otros no contaban. Encajado en el  programa que no había escrito, de sonrisa exultante ante la cámara de la televisión amiga y apertura de boca en ingesta de delicias gastronómicas, mientras los demás eran destinatarios de sus restos, pedía el voto y se despedía hasta la próxima elección, tras el esfuerzo de campaña.


 










© Samier  2015 05 

2014/05/20

Amante

Contaba con los atractivos físicos suficientes para pasar por una mujer bien hecha, sin tener la belleza de un supuesto querubín, ni el cuerpo de una hurí soñada en la yanna. A esas condiciones añadía su verbo fluido y preciso, de oratoria y entonación delicadas, oportunidad al hablar tras escuchar, esmero en los detalles y en los gestos, y saberse rodear de una aureola de generosidad y espíritu libre, que mostraba en lo que escribía. Cocoflor no se enamoraba nunca. Desde su narcisismo percibía que nadie reunía los mismos atributos que ella poseía. Incluso muerta sonreía coqueta a la vida.


© Samier 2014 05

2014/05/17

Indigesto

Entre el poco espacio que dejaban las nubes cargadas de agua salió ese día un rayo de sol atravesado. Tan propio él, lo había mirado de frente. Quedó herido en los ojos, que cerró instintivamente antes de partir al viaje que nadie puede contar. “No podrás conmigo”, se dijo, mientras sobre el sofá le doblaba en dos el pinchazo en el vientre. “Lo que ha de ser que sea, y si es aquí y ahora, mejor que mañana” pensó con obstinación desafiante. Y quien quiera leer que lea: Salió en ráfaga de metralleta liberándose así del aire que aprieta.


© Samier 2014 05 

2014/05/08

Desidia

Se espesaba la niebla dentro y fuera de los edificios, fenómeno del que nadie parecía darse cuenta, pues todos seguían a sus cosas indiferentes ante la progresiva pérdida de visión de los objetos próximos. Uno preguntaba por el seguro y otro le dejaba inseguro, al pasar el problema a un tercero y facilitar un número telefónico al que llamar, donde daban una solución incierta, pues no se podía molestar a un cuarto, con capacidad de decisión sobre el problema planteado. Navegan en esa nube desde hace más de cien años, con el combustible de unas palabras: “Vuelva usted mañana”. 
...Tarde.

© Samier 2014 05 

2014/05/06

Rutina

Le miró de soslayo, como si no fuera con él, con esa soberbia que da la ignorancia en las personas jóvenes que, sin haber salido aún de la pubertad, se creen el principio y fin de todas las cosas. Ella le devolvió una mirada frontal, sin aspavientos en su rostro,


serena, como el que sabe que caería no tardando en sus brazos, conocedora de la necesidad de independencia que él le transmitía. Sísifo ignoraba su propio mito. Afortunado a pesar de todo, encontró trabajo,  del que sólo se libraría al final de una vida, abrazado a Rutina.



© Samier  2014 05